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Nadie nace consumista. El consumismo es un hábito mental forjado que se convirtió en una de las características culturales más importantes de la sociedad actual. El problema se vuelve complejo cuando se involucra a nuestros niños.
7 de enero de 2016. Hace días leí una información de uno de los principales medios de comunicación del mundo, CNN titulaba: “70% de la familias estadounidenses han visitado Disneyland desde su inauguración en 1955” ¿Quién lo iba a pensar? Disneyland nace por una crisis financiera de la empresa productora de películas infantiles en los años 40’, hoy, en el año 2017, aproximadamente 700 millones de personas han visitado el parque, que podríamos llamar la cúspide del consumismo infantil. Es así cómo podemos decir que las generaciones cambian y con ello la forma en que las grandes empresas intentan capturar la atención de su posible consumidor.
Hasta aquí no detectamos ningún problema, más bien, es increíble la forma en que algo puede unir a tantas personas, y aunque esté basado en la “cultura de masas”, todos en algún momento nos hemos sentido identificados por alguna de las historias que la empresa construye, en algún momento, alguna de nuestras conversaciones han terminado con un debate sobre cuál es la película que más nos identifica de Disney. Por ello es que este blog se denomina: “Consumidores Consumidos”, porque sabemos que está mal, pero nos involucra, porque estamos sumergidos en una era consumista.
Henry Giroux es un importante teórico estadounidense, fundador de la pedagogía crítica; que propone, a través de la práctica, que los estudiantes alcancen una conciencia crítica dentro de su sociedad. En un estudio titulado “Estimulando a la juventud: La Disneysación de la cultura infantil”, el autor cuestiona la carga emocional y social que conlleva para los menores convertirse en seguidores de las producciones del emporio de “Mickey”, que incluye películas, marca de ropa, juguetes, canales de televisión, etc; algo que los invita a consumir mediante la veneración de sus personajes favoritos. Actualmente, el alcance de Disney incluye a todo el planeta, donde muchos niños crecen bajo la tutela de sus producciones. Es aquí donde comienza parte del problema, porque ya no es solamente esta empresa la que genera el consumismo en nuestros niños, sino que muchas otras se apegan a esta teoría y todo se convierte en un bombardeo que termina con la competencia entre muchas empresas, y en el medio se encuentran las mentes débiles de nuestros niños.
En segundo lugar, tenemos que con la puesta en marcha del aparato publicitario, se le crean necesidades en el consumidor que al final son falsas. Un gran ejemplo de ello es el aparato publicitario que se crea con los nuevos lanzamientos de las películas de Disney. Miles de artículos, entre los que destacan: juguetes, ropa, accesorios, etc; son puestos en el mercado para su adquisición. Sin embargo, se juega con la psicología de los niños, quienes llegan al punto de exigirle a sus padres tener esos artículos aunque no los necesiten, llegando así a formar grupos sociales de los que “tiene y están a la moda”. Esto se convierte es un problema gigante porque en primer lugar, muchos padres sufren los estragos de la economía, quien en muchas ocasiones los limita a adquirir lo necesario, y en segundo lugar, ese grupo de los que “tienen y están a la moda”, se vuelve tan fuerte que son capaces de rechazar y atacar a quien por alguna u otra razón no puede o no desea pertenecer a esos grupos.
El niño elige como actividad preferente en su tiempo de ocio ver la televisión, medio que interfiere de manera directa en su aprendizaje de la realidad. La mediación de los padres, de la escuela y de los propios medios de comunicación será esencial para alcanzar un elevado grado de interacción con los mensajes, al poder confrontar su significado. La responsabilidad de las cadenas de televisión empieza por proteger al menor frente a contenidos que puedan dañar su desarrollo y continúa en saber programar espacios de calidad destinados de forma específica a este importante sector de la audiencia. El medio televisivo es uno de los agentes principales de socialización para el niño, de lo que se deriva la influencia que tiene en su aprendizaje. Sin embargo, muchos medios de comunicación no cumplen con la normativa de saber actuar para no causar problemas en el desarrollo del niño.
Por lo planteado anteriormente, los medios de comunicación se convierten en algo muy tentativo para las empresas que buscan vender sus productos a un público infantil, por ello es importante que los nuevos actores de la comunicación sean educados para que combatan esta forma no ética del uso que se le está dando a los medios. A su vez, esto se vuelve mucho más difícil con la aparición del internet, ya que aunque aún muchos niños no tienen acceso, hay una gran parte que sí lo tienen, y allí se vuelve más difícil controlar, porque no hay nadie que tenga el poder para limitar lo que circula en internet.
Desde la sociología de la familia se ha llegado a afirmar que el cambio experimentado por la institución familiar en la sociedad durante las últimas tres décadas es uno de los más destacados. Al analizar esa tremenda transformación de la institución familiar, se suele afirmar que los cambios sociales han traído consigo una importante pérdida de influencia de la familia, hasta el punto de que algunas de las funciones que tradicionalmente abordaba, son ahora desempeñadas por otros agentes o instituciones de socialización. Lo cierto es que, como sistema abierto y permeable, la familia está sujeta a influencias externas de otros agentes o instituciones que le obligan a “cumplir un rol significante al reforzar, criticar, consolidar y perfeccionar el conocimiento adquirido por sus miembros a través de otras instituciones. Por lo tanto, la responsabilidad de la familia es fundamental para el desarrollo del niño, esto ayudará a que no caiga en los excesos que buscan las grandes corporaciones empresariales de consumo, o en el juego de contenidos de los medios de comunicación.
Desde la perspectiva de la familia, nos encontramos con el método más eficaz para combatir el problema del consumismo infantil. Saber y conocer cuál es el roll de la familia es fundamental para que los miembros de este grupo puedan desarrollarse y alcanzar su plenitud. Conocer hasta qué punto es beneficioso dejarse influenciar por otros agentes de socialización es necesario para que el actuar individual no sea dirigido por las pasiones. Comprender hasta qué punto algo es conveniente para la naturaleza del ser es primordial para poder ejercer la autonomía de las decisiones. Entender que los excesos siempre nos llevan a abismos en donde no tenemos control de nuestra existencia nos ayudará a no caer en los mismos. Es así como de esta forma el adulto puede ejercer control sobre el niño, por lo tanto, la familia es la que tiene la responsabilidad de ayudar a que no sea el niño el que caiga en los excesos del consumismo.
Fuentes:
Artículo: "La mediación familiar del consumo infantil de televisión. Un análisis referido a la sociedad española", por: LLOPIS GOIG. Febrero 2004 (http://www.unav.es/fcom/communication-society/es/articulo.php?art_id=83#C03)
Articulo: "Consumismo infantil; un problema de todos", por: Criancaeconsumo. Marzo 2014.
(http://criancaeconsumo.org.br/consumismo-infantil/)
Artículo: "Desenmascarando a Disney: Un reino nocivo para los niños", por: Alberto Gracia. Febrero 2013.
(http://www.taringa.net/posts/noticias/16441299/Desenmascarando-a-Disney-Un-reino-nocivo-para-los-ninos.html)

