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15 de enero de 2016.  Es indudable el papel que   conforma    la   comida    chatarra   

en nuestra cultura, pero aún más en una cultura global que acapara casi cualquier rastro de sentimiento autóctono por nuestro país. Es así como cadenas de comida como McDonald’s o Burger King se convierten fácilmente en el día a día de cualquier venezolano, que a pesar de la crisis no duda en disfrutar de una rica hamburguesa para llevar o para comer en menos de 15 minutos.


Pero más allá de nuestra propia elección, como personas adultas y conscientes, estas costumbres se las transmitimos a nuestros hijos. Utilizamos estos sitios de comida rápida como centros de diversión, como lugares a los que acudimos cuando queremos premiar a nuestros hijos e instantáneamente creamos en ellos un sentimiento de amor y aprobación hacia estos lugares.  Pero quizás a simple vista esto se ve como algo que no afectará de ninguna manera a nuestros hijos, porque son cosas que adquirimos de vez en cuando. El problema real, radica en el exceso del uso de estos sitios para suplir una necesidad tan básica y delicada como es la alimentación. Por ello, quisimos invitar a nuestro blog a la doctora Lola Eljuri, para hacerle algunas preguntas acerca de este tema.


Lola es graduada en medicina de la Universidad Central de Venezuela y especializada en el área de obstetricia, además trabajó aproximadamente 40 años en el Instituto de Clínicas y Urología Tamanaco. 


¿Cómo cree usted que este fenómeno del consumismo afecta la alimentación de nuestros hijos?


El consumismo se ha convertido en un factor decisivo en la salud de nuestros hijos y de la población en general. En Venezuela quizás no es un fenómeno que nos afecte tanto en comparación con países como Estados Unidos, pero el problema principal radica en el tiempo: cada vez más somos personas con menos tiempo y con menos disposición para labores como el preparar la comida del día siguiente. 


Esto hace que busquemos la solución más obvia o más fácil: salir a comer a cualquier lugar en el que nuestros hijos puedan distraerse y tener una comida rápida. Los afecta porque estas comidas no tienen realmente todos los nutrientes necesarios para el pleno desarrollo de nuestros niños, es decir, no son comidas equilibradas. Tienen un exceso de todo lo malo, demasiada azúcar, demasiados carbohidratos y demasiadas grasas saturadas o grasas malas. Los acostumbramos a ingerir alimentos que, a pesar de que sepan bien, a la larga no les trae ningún beneficio más que afecciones en el corazón, problemas de obesidad, entre tantas otras enfermedades.


También suelen perder la costumbre y el gusto por la comida casera, al igual que pierden ese momento del día donde se sientan a comer con sus seres queridos para compartir. La comida no solo es una necesidad biológica, sino también es una manera de crear un vínculo emocional con nuestros hijos. Esto se evidencia en algo tan simple como el amamantar.


¿Cuál cree que es el factor que hace que estas comidas sean tan atractivas para los niños?


Precisamente el sabor, el entorno en donde lo comen, los colores, es todo un festín de técnicas de publicidad para vender y esto no solo atrae a los niños, pero también atrae a los padres desesperados como poco tiempo en el reloj para alimentar a sus hijos. Atacan de frente una necesidad y la convierten en algo placentero, para muchos niños y a ciertas edades, comer se hace una batalla, pero estas comidas chatarras son fácilmente aceptadas. Lo cual luego se convierte en un problema más difícil de atacar porque prefieren ingerir un menú de McDonald’s que una sopa hecha por su propia madre.

Y bueno, claro que también están los medios, McDonald's y todas las cadenas de este tipo gastan una gran cantidad de dinero en comerciales, anuncios publicitarios y otro tipo de incentivos (los juguetes de las cajitas) para atraer la atención de los niños.


Mencionó anteriormente que es complicado para muchos niños la alimentación saludable, ¿cómo podemos crear un entorno equilibrado para nuestros hijos donde les proporcionemos principalmente comida saludable y que les guste?


Uno de los trucos es hacer de la comida un momento divertido, no obligarlos a comer cosas que no les gusten, sino introducirlas poco a poco en sus alimentos sin que se den cuenta. También utilizar formas creativas de presentarles la comida puede ayudar a que se interesen más por ingerirla. De todas formas, lo esencial es siempre crear una costumbre desde muy pequeños a que coman de todo, quizás suena como algo difícil, pero el hábito se crea con mucha paciencia, perseverancia y creatividad.


¿Qué le recomendaría usted a los padres que tienen estas costumbres de comprar comida rápida para sus hijos con mucha frecuencia?


En cualquier caso, lo ideal sería eliminar completamente estas comidas de nuestras dietas, pero siendo realistas sabemos que es algo realmente difícil. Lo mejor sería buscar a un especialista que le indique a cada participante de la familia un plan para mejorar su alimentación poco a poco. Además, creo que es pertinente hacerse chequeos de sangre y de triglicéridos, sobre todo para las personas mayores que pueden sufrir algún daño en arterias o corazón debido a la mala alimentación. 

© 2017 por Consumidores Consumidos 

Universidad Monteávila, Caracas, Venezuela.

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